Conclusión


En 1801, cuando asumió Thomas Jefferson la presidencia norteamericana, dos de cada tres estadounidenses vivía a solo 50 millas del Océano Atlántico, existían solo cuatro rutas para cruzar las montañas, y los Estados Unidos terminaban en el río Mississippi, más allá, no se sabía que existía. Y cuando Jefferson se planteó la posibilidad de descubrir una ruta terrestre hacia en Pacífico, no solo él lo quiso concretarla, sino que también lo deseo hacer España, Francia y Gran Bretaña. Es por esto que cuando se le presentó la oportunidad indicada no la dejó pasar, y la llevó a cabo de inmediato, así se realizó la compra de la Louisiana en 1803 a Napoleón Bonaparte.

Visión de futuro fue lo que marcó al Presidente, ya que para él, quien descubriera y controlara ese pasaje, manejaría la totalidad del continente. Y gracias a esto fue que Lewis y Clark permitieron a los Estados Unidos abrirse a un universo totalmente nuevo, que nunca antes se había imaginado. Abrieron las puertas a un mundo de oportunidad, desarrollo y prosperidad, en lo que los estadounidenses no duraron en participar.

Gracias a esta expedición los Estados Unidos adquirió un vasto conocimiento sobre la geografía del oeste norteamericano, gracias a los mapas y a las detalladas descripciones de los miembros de la Brigada. Se comenzó a promover un comercio cada vez mayor con zonas tan lejanas como las costas del Océano Pacífico. Permitió también establecer relaciones diplomáticas y económicas con los indios. Empezó un precedente para la exploración del Oeste, en un principio por parte del Ejército, y luego por civiles. Los derechos estadounidenses sobre los nuevos territorios se reforzaron, permitiendo un cada vez mayor poblamiento de estas regiones, difundiendo la autoridad del Estado norteamericano.

Durante este viaje los Estados Unidos se conocieron a sí mismo, descubrieron su capacidad de emprendimiento, liderazgo y progreso. Abriendo camino a posteriores hombres pioneros y ambiciosos, que ocuparon el oeste norteamericano en pocos años, desarrollándolo hasta su máxima expresión, llevándolo a convertirse en el territorio más prosperó de toda una nación.
Empezaron a verse a sí mismos como una gran potencia, capaz de llevar a cabo ese "destino manifiesto" que ahora comenzaba a gestarse, en adelante serían capaces de cumplir con sus ambiciones, y convertirse en el inmenso país que pretendía ser.

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